Editorial

Alejandro Romero Jiménez

30/12/2019

El contexto económico nacional e internacional se agudiza por momentos, y España aun se encuentra en una situación de ingobernabilidad precaria que viene a sumarse al gran numero de conflictos abiertos en política internacional.

El actual gobierno en funciones del partido socialista obrero español lleva más de un año sin presentar los presupuestos generales del estado, legislando y gobernando a base de decreto ley. Toda esta situación de inestabilidad política se ve reflejada en la tasa de inversión extranjera, en el empleo y por consiguiente en la economía global del país.

Si no son pocos los problemas a sumar, el ejecutivo actual el cual gobierna con la reforma laboral y los presupuestos generales del ex ministro de economía Cristóbal Montoro ha centrado sus foco político y económico en la subida del salario mínimo interprofesional y la derogación de parte de la aprobada ley laboral. Bajo el punto de vista de numerosos expertos en los que se encuentran analistas de nuestro diario, dicha reforma laboral y subida del salario minimo puede afectar de mal modo a la economía española poniendo en peligro el pequeño margen de crecimiento estimado para el año venidero y posibilitando la autodestrucción de casi un millón de puestos de trabajos. Dicha destrucción del empleo se debe en mayor medida a que la economía de escala nacional no esta preparada ni tiene los resortes económicos necesarios para aguantar una subida del salario de casi un veinticinco por ciento.

La economía española debe quitar aranceles a los productos procedentes de países miembro de la Organización del Atlántico Norte para que de esta forma se incentiven las exportaciones nacionales, ya que es uno de los motores de la recuperación nacional. El pasado mes de julio se registro el menor avance de Producto Interior Bruto en dicho mes de los últimos cinco años.

Más allá de los numerosos problemas estructurales que posee la economía española influenciada en cierto modo por la política, estas turbulencias no solo afectan a España. Los socios comerciales y potencias europeas han bajado la estimación de crecimiento que tenían prevista para el año dos mil veinte, vislumbrando un estado de letargo en las economías de la Unión Europea.

España necesita reformas y cambios que produzcan una liberación de la economía nacional y también del sector digital. El problema, sin embargo, es que el gobierno con Pedro Sánchez a la cabeza se a propuesto invertir un dinero que no se tiene e ir al mercado exterior para refinanciar la deuda española, todo ello con la hucha de las pensiones en mínimos históricos.

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