Manuel Salvador Garrido
16/01/2020
Tuvo lugar el pasado diez de enero un eclipse penumbral de Luna que se ha extendido por España. África, Oceanía, India y Asia.
En ese día y los días consiguientes, la Luna se encontraba en fase llena y cercana al punto más cercano a su órbita, el Perigeo. Para tener una referencia, lo normal es cuando se encuentra en el Apogeo.
Este fenómeno astrológico ocurrió a las diecisiete horas y siete minutos del Tiempo Universal. En España estaríamos hablando de una hora más tarde. El disco lunar contactó con la penumbra terrestre. En Madrid, desde que la Luna se pone por el Este, coincidiendo así con el crepúsculo solar. En Canarias, la Luna ya se vería directamente eclipsada.
La Luna se ve casi al noventa por ciento en torno a las veinte horas y ocho minutos en España. Este punto se convierte en central y máximo del fenómeno. El satélite se ve menos brillante durante unos minutos debido al eclipse, teniendo en cuenta, además, de que incluso el borde norte del disco lunar queda fuera de la penumbra. Es una anomalía debido a que el fenómeno es menor cuando el eclipse es completo, esto es cuando Selene se adentra en la zona de sombra además de la zona de penumbra. La duración total del eclipse estima unas cuatro horas, lo que determina que acabará a las veintiuna horas y nueve minutos aproximadamente cuando el satélite quede fuera completamente de la zona de penumbra de la Tierra.
Para completar el dato curioso, este eclipse tan tempranero en lo que lleva el dos mil veinte, es el fenómeno número dieciséis de los setenta y un eclipses que componen el ciclo Saros 144.
En cada plenilunio habría un eclipse de Luna si la Tierra no estuviera inclinada en comparación al plano de su órbita, aunque es una inclinación leve que apenas supera los cinco grados. Son pocos los eclipses que pueden apreciarse debido a que la inclinación de las órbitas requiere una alineación entre el Sol, la Luna y la Tierra prácticamente perfecta. Al año existe una media de cuatro eclipses por año.
El fenómeno del eclipse sucede cuando la Luna está en el mismo Plano de la Eclíptica que la Tierra y el Sol. A lo largo del año, como mucho se pueden ver siete eclipses tanto de Sol como de Luna, pero la media sigue siendo de cuatro o cinco.
Como el de este caso, los eclipses lunares son penumbrales cuando la Luna en fase llena se está en dirección opuesta a la dirección del Sol. No obstante, los eclipses solares se dan cuando la Luna se encuentra en una posición del cielo cercana a la del Sol, es decir, en fase de Luna nueva. Con la visión natural de los seres humanos no existe ningún tipo de peligro al observar cualquier tipo de eclipse lunar.
En este nuevo año se van a producir tres eclipses penumbrales de luna: el cinco de junio y el cinco de julio serán perceptibles desde España, pero el del treinta de noviembre no será posible. Además, tampoco se podrán visualizar dos eclipses de Sol. Estos tienen fecha para el veintiuno de junio, visible desde la República del Congo, pasando por Sudán del Sur, Etiopía, la península arábiga, Pakistán, el Tibet y Taiwán. El otro tendrá lugar el catorce de diciembre, observable desde el Pacífico, Chile, Argentina y desde el océano Atlántico hasta la costa de Namibia.
LA BALANZA 